Iridiscencia de nácar, complementada con piedras preciosas y engastada en metales preciosos: eso es lo que son los anillos de perlas. Joyeros de todo el mundo alaban el tesoro de los mares. Al fin y al cabo, es el material menos pretencioso que se utiliza para crear productos que encantan a primera vista.
Mitos sobre el origen de las perlas
Las primeras personas que fueron bendecidas por la naturaleza y enviaron su regalo fueron los habitantes de la antigua China. Fueron ellos quienes dieron el nombre a la bola de nácar: "zhen-gzhu", que significa "perla" en la traducción. En la creencia popular del mundo antiguo, existían dos mitos sobre la aparición de la "piedra natural". Según la primera creencia, cuando la luna llena brillaba en el cielo, la luz que emanaba de ella penetraba hasta las profundidades del mar. Los moluscos embrujados abrieron sus caparazones y atraparon cada rayo, convirtiéndolo en copias más pequeñas de la luminaria.
La segunda leyenda es sobre dragones. Las criaturas míticas, habiendo subido al cielo, protagonizaron una masacre sangrienta. Las nubes se oscurecieron, los truenos sacudieron la tierra y los relámpagos iluminaron a los belicosos reptiles. De repente empezó a llover, pero no se derramó agua sobre el suelo. Cayeron perlas del cielo.
Desde lo más profundomares en manos de joyeros
Los anillos de perlas son muy variados: desde los clásicos más estrictos, con incrustaciones de diamantes o circonitas cúbicas, hasta los escandalosos, en forma de conchas o flores. Pero el papel principal en toda la decoración lo juega el aspecto de la veta de nácar y su origen.
Entonces, las más valiosas son las perlas marinas de Akoya. Su forma esférica y su iridiscencia tornasolada son muy apreciadas por la mayoría de los estetas. La capa más delgada de un mineral incoloro es blanca, azul con un brillo plateado y crema.
Las perlas extraídas en los Mares del Sur no son menos hermosas. Estas perlas son más versátiles gracias a una amplia paleta de tonos:
- champán dorado;
- gris como nubes de tormenta;
- chocolate;
- azul cielo con un toque plateado.
Por cierto, esta belleza es creada por un molusco que pesa más de 4 kg.
Pero las perlas negras son consideradas las reinas entre todas las piedras de origen natural. Las perlas de Tahití son del más alto nivel, son más grandes que sus contrapartes y los joyeros las valoran por sus formas redondas perfectas. Pero es el color de los minerales lo que causa genuina admiración. Puede ser:
- púrpura;
- verde oscuro, casi pantano;
- azul;
- chocolate;
- gris plata.
A veces es muy difícil para los maestros recoger granos de los mismos tonos. Es por eso que los anillos de perlas con aretes son descaradamente caros.
Esfera en metal solar
El cultivo de minerales de nácar hizo posible implementar artificialmente las ideas más atrevidas de los artesanos-joyeros. Incluso las perlas de forma irregular han ganado aceptación, ya que son un material excelente para crear joyas de diseño.
Los fabricantes ofrecen adornar los dedos de las mujeres con un anillo de oro blanco incrustado de diamantes con una perla rosada inusual estampada en el centro. Y una pantera de metal noble que sostiene una perla enmarcada con gemas reales en sus patas será una gran adición a un atuendo de noche.
Un anillo de oro con perlas no tiene que ser vistoso y llamativo. Piezas sobrias pero sofisticadas con minerales blancos o crema, enmarcadas en metal amarillo, son ideales para trajes de negocios y vestidos en telas fluidas.
Resplandor frío y lunas en miniatura
Un anillo de plata con perlas es más modesto, pero el frío del metal le permite decorar productos con piedras de tonos azules, azules o morados, lo que a menudo no es típico de las joyas de oro. ¿Qué puede complacer a los joyeros?
- Perlas blancas aerodinámicas con mariposas o coronas complementadas con pequeñas circonitas cúbicas.
- Piezas sencillas con algunos minerales de nácar.
- Anillos en forma de cuencos con un elemento central: una bola azul.
- Conchas de metal o corales con zafiros, amatistas, diamantes y perlas negras.
Pero las combinaciones más raras son las perlas rosadas engarzadas en plata. Para crear una joya interesante que combine armoniosamente los colores suaves de las esferas y el frío brillo metálico, los joyeros complementan los productos con gemas de varios tonos.
El único inconveniente de las joyas es el oscurecimiento del metal y la fragilidad del mineral. Para prolongar la vida útil del anillo, es necesario cuidarlo cuidadosamente.
Cuidando un regalo marino
Las piedras orgánicas son efímeras, eso es un hecho. Pueden desvanecerse, descascararse o secarse. Para que sus anillos de perlas no pierdan su brillo natural, debe seguir reglas simples:
- almacene los productos en un lugar oscuro con humedad normal;
- las perlas necesitan respirar, así que no las envuelvas en polietileno;
- para que el mineral no se raye, debe guardarse en una caja con tapicería suave, separado de otros productos;
- No exponga las piedras a productos químicos (desodorantes, barnices, lavavajillas, etc.).
Además, las perlas deben limpiarse con un paño suave y húmedo después de cada uso. Si las joyas han estado en el cofre de joyas durante mucho tiempo, entonces deben actualizarse. El producto debe sumergirse en agua ligeramente salada a temperatura ambiente durante un par de minutos. Luego secar sobre una toalla. También puedes limpiar las perlas con un algodón con aceite de oliva, y retirar el exceso con una servilleta.
Pero lo principal es llevar una joya. Da igual si es un anillo con perlas negras o un collar con piedras naturales blancas - marinasal mineral le encanta el contacto con la piel, y cada esfera de la joyería comienza a brillar desde el interior, como si una pequeña estrella estuviera escondida bajo capas de nácar.